SOBRE UNA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

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jueves, 2 de diciembre de 2010

DEL TAMBOR A LAS REDES SOCIALES


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DEL TAMBOR A LAS REDES SOCIALES

La condición social del hombre lo ha llevado a crear formas de comunicación, que le permitan saber sobre lo que sucede alrededor, inventando el lenguaje y sus diferentes formas; el saber el mismo idioma vincula a las personas y permite que se esté informado de lo que sucede. El lenguaje se convierte en el vehículo de las emociones, las alegrías, las tristezas y toda la intencionalidad que presenten los actores

En la medida que el lenguaje se extiende, conocen otras lenguas y se aprenden muchas cosas, siendo llevado al papel para conservar parte de su fidelidad, e inmortalizando la creación de Gutenberg. Esto procuro que las experiencias y el poco conocimiento se trasformaran en letras, que llevo el saber a otras latitudes.

De ahí en adelante, con ayuda de la creatividad humana, se presenta un desarrollo bastante acelerado de la tecnología y la técnica, que como herramientas de la ciencia, transforman rápidamente la industria y llegan a ocupar un lugar importante en la economía de los países. Pero esto tiene mayores repercusiones, pues la información se posiciona en la medida en que los instrumentos son más sofisticados; el mundo se acerca cada día más acortando distancias y la aldea global transforma los mercados, el dinero, que había sufrido cambios desde su creación se vuelve plástico y muchas veces no es necesario porque las transacciones en la red se vuelven la constante.

Cambian hábitos, modos de vida, la red internacional o internet se vuelve la herramienta preferida e indispensable ya que con ella se aprende, se investiga, se divierte, se informa, se negocia y, por supuesto el mal uso, característica de lo que toca el hombre, es utilizado para expandir conductas delictivas. Las opiniones, sobre diversas cuestiones, se ponen a circular por el mundo. El paradigma de la comunicación, con receptores pasivos, se transforma en la interactividad, en el llamado tiempo real.

Aparecen, el escenario de las relaciones interpersonales, las redes sociales, sitios virtuales de encuentro, reencuentro y conocimiento. Los blogs circulan en el espacio mostrando, compartiendo, pidiendo, reclamando, es decir se arman grupos y subgrupos, identificados por que comparten actividades, signos, regiones, tareas, etc, o porque sencillamente se hacen activos ante cualquier cosa que puedan intercambiar. Es un espacio para todos, de todos y de ninguno. A su vez el idioma, mejor dicho los idiomas, se enriquecen o se empobrecen: aparecen nuevas palabras que, por no tener traducción se empeñan en engrosar las filas idiomáticas, como chatear, blog, wiki, etc.

Otro ingrediente que se añade es el poder de convocatoria que se puede lograr con las redes, pues su filiación, un buen mensaje persuasivo y el apoyo de imágenes, puede volcar la atención de personas en cualquier lugar del mundo.

Los exploradores gigantescos compiten por usuarios, por mercados, por clientes: los llamados mumis[1], utilizan el ring del ciberespacio, para luchar por adeptos, para instalarse como monopolios de la virtualidad, ofreciendo el mayor número de servicios, de ventajas y de oportunidades; abundancia de facilidades os simplemente satisfaciendo hasta en las mas ínfimas necesidades o gustos.

Es decir, este fenómeno ha llevado a la creación de nubes de conocimiento, de relaciones ciberespaciales, mayor y mejor acceso a información, creando muchas veces la llamada infoxicación, como efecto del bombardeo constante de información.

El esfuerzo radicara en obtener retribuciones diferentes a las que se pretenden en la sociedad capitalista, retribuciones por reconocimiento y agregación tal como lo menciona Pierre Levy, generando una economía de las cualidades humanas, que potencian valores en lo moral, como el Orgullo, el Reconocimiento, la Comunicación y más importante aún, la Inteligencia Colectiva.

Esto conlleva a la nueva concepción del poder y a una nueva noción de la política que, si bien están presentes en cada de los momentos trascendentales de la civilización humana, se matizan ahora con características descentralizadas y autónomas propias, de los nuevos tipos de red que gobiernan el espacio, por donde los tambores de la sociedad del conocimiento retumban llamando y congregando a todos aquellos que, conscientes o no, se hacen participes día a día de la era de la tecnología y de la internet y se activan dentro de la Blogsfera, que menciona David de Ugarte, en donde todos siempre tenemos algo que compartir y siempre algo que podemos adquirir.

Si bien la modernidad se ha preocupado por transformar los compartimientos y el entorno donde la civilización se ha fundado (política, economía, ética, filosofía, ciencia y estética), esta nueva modernidad esta consiguiendo elevar la importancia de un elemento, hasta ahora ignorado o obviado por la misma magnificencia de todas sus obras, un elemento que es el mismo autor y protagonista de cada suceso que se ha registrado a través de la historia, LA CUALIDAD HUMANA, ese mismo factor que tras sufrir todos los cambios desde el neolítico y la transformación del homo sapiens, pasando por la revolución industrial y la migración a lo que son hoy la grandes urbes, hasta llegar a la informática y todos sus avances digitales, se resiste a automatizarse y se afirma en la satisfacción de su calidad como humano.

“en la economía del futuro el capital será el hombre total”[2]

La forma democrática de las nuevas redes sociales, en la sociedad del conocimiento, pondrá las decisiones en las manos de cada uno de los miembros que la componemos, apartando así la idea falsa de un representante por la voz de todos, y volviendo a la real filosofía de la democracia: “El ideal de la democracia no es la elección de representantes, sino la mayor participación del pueblo en la vida de la comunidad”.

La ciencia y la tecnología adoptan nuevas posturas, volviendo su actuar hacia lo molecular, hacia la modificación y manipulación a escalas infamas, en donde se puede ajustar los resultados, de manera genética obteniendo logros de alcances inmensurables.

La virtualidad, que hoy se transforma por acción de cada uno de los que hacemos fluctuar el conocimiento en cada uno de los contextos interconectados en todas direcciones, por acción de las redes distribuidas, está siendo diseñada por arquitectos que buscan, en cada uno de los elementos que le atribuyen al ciberespacio, la capacidad de relacionarse, de congregarse, de generar vínculos sociales, para transmitir por aprendizaje, intercambiando conocimiento, llamando a la autonomía y favoreciendo el colectivo, incluyendo a la diversidad y permitiendo que cada uno de los individuos valga por su subjetividad, mas allá de una jerarquía social, económica, religiosa o incluso académica.

La constante evolución mediática se perpetua, desde los inicios de la escritura, y es allí donde la comunicación comienza su carrera por convertirse, definitivamente, en el elemento clave y de éxito para controlar la información que se distribuye en masa pero de forma manipulada, siempre por una jerarquía, política, social o científica, llegando ahora a un punto donde se desmasifica por la misma acción del medio, por el cual se distribuye, en donde cada individuo es capaz de seleccionar lo que desea aprender y es libre para enseñar o publicar dentro de una red distribuida, basada en multitudes inteligentes.

El mundo cibernético se soporta dentro de un ambiente tecnológico que compromete al usuario a generar una serie de competencias de orden informático, para hacer buen uso de todos los dispositivos de hardware y software que la cibercultura pone a su alcance, creando así nuevas necesidades de aprendizaje que resultaran en nuevas formas de alfabetización para poder activarse dentro del mundo virtual.

La capacidad generadora de conocimiento que se está engendrando dentro de este, el mundo virtual, permite que las actualizaciones estén a la mano del usuario haciéndolo participe de una transformación en tiempo real y generando nuevos conceptos de propiedad, en un espacio donde todo es de todos y para todos y prueba de ello son las plataformas de interacción virtual que, si bien en algún momento fueron presentadas como un servicio solo para usuarios privilegiados, ahora hacen parte del software libre que circula por el ciberespacio y sobre el cual cada usuario puede modificar atributos con el objetivo general de aportar y compartir sus modelos de actividad, aprendiendo de los nuevos aportes que se generan segundo a segundo, dentro de esta colectividad mundial.

Podemos concluir diciendo que hemos sido responsables de cada uno de los logros y fracasos de nuestra civilización humana, a través de la historia, liderados muchas veces por voces que no representaban el pensar de un pueblo, sino la ambición de unos pocos, y marginados a ser simples espectadores dentro de una sociedad cada vez más dividida por estigmas nacidos de nuestra misma ideología e idiosincrasia, negando el vinculo antropológico que nos ha unido siempre en una sociedad del racismo y de la discriminación, de guerras y de odios provenientes de la avaricia y de la envidia, pero siempre atentos a buscar el lugar de los justos, de los que remiendan el vinculo social, de los que su única intención es el bien común, que es su mismo bien propio, el lugar de los que aparentan ser pocos pero sin los cuales los no hubiéramos llegado hasta donde estamos hoy como humanos, de aquellos que ponen todo su empeño en restablecer la calidad humana y la dignidad humana, de aquellos que encuentran dentro de la redes distribuidas, el ambiente propicio para comunicar que ahora somos únicos, más que nunca, y valemos por nuestra individualidad así como valemos por nuestra colectividad, dueños más que nunca de la autonomía para formarnos y muchos mas conscientes de la existencia de un prójimo, que también soy yo y que también retumba en los tambores de la Sociedad del Conocimiento.



[1] UGARTE , David. El poder de las redes. Versión electrónica en pdf

[2] LÉVY, Pierre. Inteligencia Colectiva. Por una antropología del ciberespacio.